Muchas personas tienen ideas interesantes, algunas más que otras, pero a muchos les cuesta llevarlas al papel. Vamos a intentar que puedas transformar estas ideas en buenas historias mediante una serie de consejos que debes tener en cuenta a la hora de ponerte a escribir.
Para empezar, piensa sobre qué temas te gustaría escribir y empieza por los que conoces mejor. No te reprimas pensando que los temas que te vienen a la cabeza son ridículos o carecen de interés, todo es bueno a la hora de practicar la escritura. De esta forma, si te interesa contar la historia de por qué prefieres el café al té...¡adelante! Verás cuántas cosas emotivas puedes incluir en tu relato.
Una vez seleccionado el tema, escribe cualquier cosas que se te venga a la cabeza, es decir, todos los datos, sensaciones, historias o anécdotas que puedas contar sobre el asunto. El resultado del ejercicio de reunir ideas, será la materia prima sobre la que trabajarás más adelante. Para inspirarte más, puedes leer relatos relacionados con lo que vas a contar, los puedes buscar fácilmente a través de internet introduciendo las palabras clave en cualquier buscador.
Una vez hecho esto, trata de crear un contexto para la redacción. Para esto, puedes elegir más interesantes de tu borrados, así como todas las nuevas que surjan a partir de allí. Ordena todas estas ideas y cerciórate, fundamentalmente, de que tengan una buena introducción y conclusión.
No dudes en consultar enciclopedias y libros para completar cualquier información histórica que necesites.Muchas veces esto ayuda a generar más ideas y que sin darte cuenta tu relato fluya sin problemas.
Trata de encontrar siempre un estilo propio, lo que se logra siendo más o menos fiel a tus pensamientos, ideas y sensaciones. No plagies. Si quieres escribir frases o ideas que ya se han escrito hazlo, pero incluye la fuente en tu bibliografía.
No olvides echarle un último vistazo a tu material. Esto lo puedes hacer tú mismo o puedes pedir a un profesional que te lo revise. De cualquier manera, nunca te confíes con la primera versión. Si estás cansado, es preferible que esperes al día siguiente para efectuar la corrección ya que el desgaste puede hacerte no detectar los errores.
Por último, no olvides dejar de lado cualquier tipo de timidez en esta tarea. La escritura es un ejercicio para valientes. Y si se reprimen los pensamientos, el resultado puede ser una especie de relato carente de esencia y totálmente insípido.
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